¿Cuál es tu comida favorita? Los espaguetis.
¿Cómo te gustan? A la carbonara.
¿Qué coche conduces? Un Peugeot.
¿Cómo es el modelo? 407.
¿Cuál es tu bebida preferida? El café.
¿Cómo lo prefieres? Con leche.
¿Cuál es tu bebida preferida? El café.
¿Cómo lo prefieres? Con leche.
Como se puede ver, todo tiene un qué (o cuál) y un cómo para ser
descrito con precisión. Tal como ocurre con los platos de comida y los coches,
los instrumentos musicales están divididos en tres grandes grupos: cuerda, viento y percusión. A su
vez, estos tres grandes grupos se subdividen en grupos más pequeños, donde se
especifica cada vez de manera más precisa los grupos.
Los grupos en los que se subdividen los instrumentos de cuerda son:
- Frotada
- Violín
- Viola
- Violonchelo
- Contrabajo
- Pulsada
- Guitarra
- Arpa
- Percutida
- Piano
- Címbalo
Los grupos en los que se subdividen los instrumentos de viento son:
- Madera
- Flauta
- Clarinete
- Oboe
- Fagot
- Trompeta
- Trombón
- Trompa
- Tuba
Los grupos en los que se subdividen los instrumentos de percusión son:
- Afinados
- Marimba
- Xilófonos
- Timbales
- No afinados
También existen los instrumentos electrónicos, pero no pertenecen a la clásica clasificación de los instrumentos musicales. Esta familia se integró a principios de los años 20, junto a los instrumentos de cuerda, percusión y viento.
Sabiendo esto, ahora nos resulta más fácil clasificar los
instrumentos:
- El qué: viento cuerda cuerda
- El cómo: metal percutida frotada
Ahora bien, conociendo la
clasificación de los instrumentos, ahora es turno de dar introducción a la
orquesta sinfónica. ¿Qué es, acaso, una orquesta sinfónica (también conocida como “orquesta filarmónica”)?
Pues es una agrupación musical de un gran tamaño donde intervienen todas las
familias de instrumentos musicales. En una orquesta sinfónica,
normalmente hay poco más de ochenta músicos, aunque pueden existir casos donde haya
más de cien. Pero eso depende de la pieza musical que se vaya a tocar.
La organización es sencilla: los
instrumentos musicales se colocan en una especie de semicírculo. Los
instrumentos de cuerda van en el centro, los de viento madera se sitúan detrás,
a su vez los de viento metal se colocan detrás y los de percusión se encuentran
al fondo. Tanto el piano como el arpa se encuentran a la izquierda de los
violines. En el caso de que haya un coro, las personas se colocan detrás de los
instrumentos musicales.
Una manera rápida de contar
cuántos músicos hay en un concierto no es contarlos de uno en uno, sino contar
los atriles. Cada atril está asignado a dos músicos. Es decir, en caso de que
haya cuarenta atriles, ¿cuántos músicos habrá?
- 40
- 200
- 80
- 160
Y la respuesta correcta eeeeees… (redoble de tambores) ¡…la
3!
Cabe destacar que hay otra persona
que destaca mucho en la orquesta sinfónica, además del director, y es el concertino. ¿Quién es ese misterioso
sujeto y qué hace? Pues bien, ¡es hora de desenmascarar al misterioso sujeto!
El concertino es un solista de la selección de violines primeros, es
decir, es la persona de mayor jerarquía después del director. Además, es una
oposición de plaza prestigiada para quien toque el mejor violín entre los violines
primeros. También es con quien habla con el director en caso de que los músicos
quieran hablar con el director de un mismo tema (como por ejemplo si todos se quieren marchar unos 15
minutos antes, es el concertino quien se lo comunica al director, no cada uno
de los músicos).
El concertino tiene tal importancia en una orquesta
sinfónica que lleva cuerdas de repuesto en su traje (vamos, como si todo el mundo llevase cuerdas de acero o, en
caso de ser un instrumento de muy alta calidad, cuerdas de tripa, es decir,
intestinos de oveja) en caso
de que, si una cuerda del violín se rompiera, pudiese cambiarla al instante. O también intercambiara su instrumento con otro músico perteneciente de los violines
primeros porque el concertino es un elemento clave en una orquesta sinfónica.
Dato de
curiosidad: todos los instrumentos de cuerda frotada tienen la
misma forma, pero sólo varían en cuanto al tamaño. Cuanto más grande, más
grave.


