martes, 18 de febrero de 2014

Acorde y estar acorde con el sí me quiere, no me quiere, sí me quiere, no me quiere… (martes 18 de febrero de 2014)

El método de la margarita en cuanto a los acordes es muy útil, y no hace falta arrancar los pétalos de una margarita para llevar a cabo la técnica.

¿En qué consiste exactamente este método? Pues bien, en primer lugar hace falta definir un acorde.

Un acorde es un conjunto de tres o más notas que suenan a la vez y con armonía (es decir, varias notas tocadas simultáneamente y suenan bien). La combinación de tres notas se llama tríadas (existen también las díadas, las cuatríadas… hasta las septíadas). Con el método de la margarita se escogen las notas. Por ejemplo, se escoge el Do (C) y a partir de esa nota contamos una no, una sí, una no, una sí, es decir:

(G) Sol
(E) Mi
(C) Do (nota nodriza, en otras palabras: nota básica con la que se forma el acorde)

Y a esto se le llama un acorde de Do.

El acorde recibirá el nombre de la primera nota que se ha seleccionado para formar el acorde.

¡Ademááááás! Es importante también saber que los acordes pueden estar desordenados. ¿Como mi cuarto de desordenado? Más o menos. Con desordenado me refiero a que sólo una de las tres notas pueden estar en cualquier parte del pentagrama, mientras que las otras dos han de estar en su lugar correspondiente.

Y, por cierto, los acordes pueden ser mayores o menores. ¿Cuál es la diferencia entre un acorde mayor y uno menor? Pues en el sonido. Un acorde mayor suena más alegre y vivaz, mientras que el menor es más apagado. Por definición, en una partitura los acordes son mayor. Si se quiere especificar que un acorde sea menor, hace falta poner "m" o "".
Un acorde mayor puede hacerse menor colocando un bemol en la nota central mientras que un acorde menor se puede hacer mayor poniendo un sostenido en el mismo sitio.




Dato de curiosidad: orquestar una pieza consiste en repartir las notas de un pentagrama entre los instrumentos que sólo emiten un sonido a la vez (un violín toca una nota, una viola toca otra nota, el violonchelo toca la última nota del acorde).



Aplicación didáctica: la explicación de los acordes puede hacerse de una manera lúdica. Podemos ayudarnos de una margarita hecha de cartulina, y las notas musicales aparecen escritas en cada pétalo. A los alumnos se le dirá la primera nota del acorde y ellos deberán decir qué notas se le añadiría al acorde.

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